EL LOBO Y SU RESEÑA DEL CRUCE 2013


Foto: Fernando Torres que va al Cruce 2014, y Wilson "Lobo" Benavides.


LA SEGUNDA ETAPA DEL CRUCE

La segunda etapa la más dura, fue en terreno de subida y bajadas, de paisaje único, eterno agradecimiento, a mi gran espíritu de guerrero, la aventura se hace a tu cuerpo, llevas puesto la bandera de nuestro bello Ecuador con tu nombre. Al salir la besé, cómo uno ama a la vida y a este hermoso deporte!

Luego decido la estrategia: luchar por el primer lugar, es la competencia. Está presente el aguacero encima tuyo, te anima, te contagia lucha, abasto son los riachuelos, lo poco que llevas de comida te anima, en esta etapa resiste la mente, resiste el entreno, la voluntad, la resignación a llegar, todo hecho mierda.

Con las caídas te levantas y sigues, el dolor se va, no regreso a ver atrás para nada, en cada subida, caminas, corres, descansas, te animas, cantas, conversas, me relajo mirando los lagos, escribo un verso de amor al infinito. Y luego la decisión de llegar  primero no la pierdo, ganas de abandonar se me pasó por la cabeza, el dolor de las piernas ya se siente, pero el grito de combate, o el mantra que utilicé me dieron el aliento, y me subió el ego, después de cuatro horas de asfixiante esfuerzo volví otra vez a la realidad. Por unos instantes  llegué a mis montañas y les pedí ayuda, y fue al instante su generoso acto de energía que recibí, un acto maravilloso. Cuando practicamos yoga, el amor a la vida, y me atreví a seguir luchando.

El camino lleno de piedras, lleno de charcos, lodo, lluvia, estaba cerca a la meta, me animaron los voluntarios, iba solo, perdido en la neblina, extraviado en la alegría, sonaban voces  a lo lejos, gracias a  la vida encontraba esperanza, la meta cerca, la vi y en un solo llanto de emoción la crucé. Me dieron té, luego abracé a un arbolito y la segunda etapa culminaba, agradecía a mi padre que en paz descansa, me subieron al bus, y al campamento, seguía el aguacero, y en río y en agua heladísima tocaba bañarse, era necesario. Otra limpia, otra purificación, otro acto de ternura, y a descansar, un sueño  de unas cuatro horas, me desperté y a comer se ha dicho, pasta, carne, bebidas, contento de haber culminado la etapa más exigente, en la noche ya estaba en segundo lugar, en mi categoría, me retiré a dormir y esperar la tercera etapa.


Foto histórica: Diario el Comercio 2013 de izq a der: El Lobo, Lourdes Rodríguez, Mario Silva y Marcelo 

TERCERA Y ÚLTIMA ETAPA

La tercera etapa, el final de todo llegaba. Salí en segundo lugar en mi categoría, había que ganar la etapa para quedar primero. Con Ludy salimos súper frescos descansamos más tiempo, desayunamos, luego al bus que nos llevo a la salida.  Nos despedimos deseándonos suerte,  las  piernas no dolían, el clima súper fresco,  y a correr, ya fui alcanzando  a mucha gente, tenía que descontar 43 minutos para ser primero, y bueno era una máquina, volaba y volaba en bajada, cuestas. 

Estaba prendido el organismo, algo raro, algo bello porque los paisajes, eran inmensamente bellos, estaba dando y entregando todo, era la última etapa, llevé menos peso, lo necesario, dejé en la mochila lo que no necesité en las dos etapas, eso me ayudo, iba liviano, pasaba  y pasaban los minutos y el sol se fue, y empezó otra vez la lluvia intensa, la gente empezó a cambiarse a usar las chompas y toda la ropa para estos casos, yo seguía, disfrutaba del  aguacero, disfrutaba de la competencia, recuerdo una lagunita que encontré a mi paso por el Cruce, súper mágica entre un mar de piedra y un bosque lleno de flores, alimento espiritual.

Luego los senderos, iba a mil, tomé el primer abasto, el primer gel de vainilla, la lluvia no paraba, igual no sentía el dolor, la emoción  empieza agarrarme con toda su fuerza, y claro la tomé y la disfruté, el encuentro con uno mismo, el encuentro con la Pachamama y sus ríos, sus llanuras, sus montes, se traducían a llegar, menos kms a cada paso sonaba el aliento de los  pajaritos del bosque, los voluntarios igual con su voz de aliento, el helicóptero inyectaba seguridad, la organización con su señalética divino, no paraba, el canto a la Patria lo canté, lo declamé, corría cantando, disuadía la distancia, disuadía el cansancio.

Alcance a la gente que iba adelante, los que van a ritmo intenso, los que van  a competir, algo que me ayudó por cuanto me apegué a dos corredores argentinos y jalamos duro. En el tramo final no me despegué y saliendo a la carretera les pasé, un ascenso de unos cinco kms, subí el ritmo hasta llegar al control migratorio, la frontera llegaba a la ciudad argentina San Martín, hermosa.

Una vez sellado el pasaporte quedaba cuatro kms para  la llegada, igual aumente el ritmo y cruce la meta, había terminado el Cruce de Los Andes, me  pusieron la medalla la besé, la acaricié y regale ese primer lugar de la etapa a mi país. Igual quedé en segundo lugar en la categoría desconté 39 minutos al ganador que nos dimos un gran abrazo de amistad, y luego de regreso a Pucón.

La lluvia no paraba y yo feliz súper, feliz de coronar el Cruce una gran y bella experiencia, gracias a Freddy por darnos su sabiduría en los seis meses de entrenamiento.  A los que vayan en futuras ediciones siempre les voy a desear lo mejor, es una competencia donde hay que dominar al cuerpo, no dejarse dominar por el dolor, el cansancio, el mal clima etc, etc..

Wilson Benavidez

El Lobo

Foto: Nelson Vásquez, Lobo y Sheyla Bustos enero 2014

Comentarios