Mami, dibújame un pollito muerto y el arte de educar niños fuertes 😊

 

Foto: Años más tarde nacieron 10 boyeros y todos crecieron bien y felices con el cuidado de mis hijos

Link de Diario Primicias: https://www.primicias.ec/noticias/firmas/mami-dibujame-pollito-muerto-resistencia/

Cuando mis hijos eran chiquitos, llegó a nuestra finca en el Pichincha una caja con 100 pollitos. Qué lindo, íbamos a comenzar un gallinero, tendríamos huevos, carne, más pollos. Lo cierto es que comenzaron a morirse uno tras de otro. Amanecían muertos de diez en diez. En la desesperación, bajamos a los sobrevivientes a Quito y en la casa de mi mamá instalamos una incubadora con luces y calor.

Que no deben ir sobre periódico porque eso les mata, que los fuertes matan a los débiles, que están con una plaga. Lo cierto es que quedaron 10 pollos grandes y fuertes que en adelante nos dieron huevos, carne y más pollos.

Mi hijo Francisco tenía tres años, y antes de este fatal episodio, me pedía que le dibujara un perro, un gato, un tractor. Durante el oscuro proceso de enterrar pollos a diario me dijo un día: mami, dibújame un pollito muerto.

Creí que necesitaba un psicólogo para ayudarle a sobrellevar el trauma, pero mi mamá que era sabia me dijo que así es la vida, que a los niños no hay que ahorrarles los dolores del día a día.

Mar Romera, maestra española dice lo mismo en un video de BBVA: evitamos que nuestros niños se caigan, se estropeen, pierdan en el juego, cuiden su mascota, sean excluidos de la fiesta de una compañera, etcétera; de tal manera que cuando viene una situación traumática real no están preparados para ello. Y añade: “lo contrario, o sea someterse a la caída para hacerse fuerte, “jorobarse”, es obtener las herramientas para la lucha diaria”.

Las cosas buenas no llegan fácil. Hay que sospechar de los que nos quieren “regalar” dinero, privilegios, y más si son políticos. Esperar a que nos caiga la herencia o la lotería nos vuelve inútiles.

“Yo creo en la inspiración, pero a partir de muchas horas de trabajo” –dice el escritor ecuatoriano, Javier Vásconez. “En Ecuador la gente cree que el mundo nos debe algo.

¡Nadie nos debe nada! –añade.

Cada uno tiene que hacerse a sí mismo. 

La plataforma We Transfer publicó un reportaje que se llama “Tu mantra del 2020” y muestra cómo distintas personas de varios sitios del mundo han sobrellevado la pandemia. Algo tan duro y extraño va produciendo cosas buenas, mejores, nuevas, maravillosas.

Alice Aedy, cineasta y periodista dice que es experta en contar historias de otras personas, pero no la suya propia. En el 2020 esa habilidad fue arrancada de pronto: no podía viajar ni entrevistar. “Tuve que entrar dentro de mí, hice cosas diferentes, evalué si mi trabajo sirve a alguien. Ahora he mejorado la forma de contar historias, en especial de mujeres, con empatía, escuchando sin juzgar”.

Su mantra es: no dejes que la duda te defina. “Me reconecté con la pasión sobre lo que hago y encontré nuevos caminos” –dice Alice.

Natasha Jen, es diseñadora. Tiene el mantra, hacer previene la sensación de hundimiento, pues según ella, hacer, crear, trabajar, canaliza tu enfoque mental y te ayuda a sobrellevar la incertidumbre.

Holly M. Kholi-Murchison, creadora de software y aplicaciones tecnológicas, fue experimentando, como todos, las palabras: refugio, cuarentena, distanciamiento, aislamiento. Y como muchos de nosotros, fue transformando sus sensaciones en algo creativo. Su mantra es: sal del aislamiento hacia la intimidad. Holly descubrió dos realidades: incrementó su capacidad de crear y lo hizo a través de encontrar dentro de ella todo lo necesario. Sin juzgarse ni juzgar.

Mi propio mantra es y ha sido: cualquier cosa menos la depresión. Crear, trabajar, cansarse, aprender, enamorarse, o enojarse, pero no dejarse llevar por la angustia ni la tristeza, ingredientes principales para la depresión. El mejor antídoto es salir, salir, salir. Al aire libre, a hacer ejercicio, a contemplar y explorar la naturaleza.

Sal por la puerta.

¿Cuál es tu mantra?


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