Mucha vibra compañeros




Cuando José Pilataxi me mandó este mensaje, supe que el Reto 21x24 -y cualquier iniciativa parecida- vale la pena si se le pone cariño, trabajo y persistencia.
Y si es por una buena causa, mejor.

La protección del Yasuní debe estar en la agenda de cada uno de nosotros. Hace años en un taller de Franklin Covey me hicieron escribir mi misión de vida. Debía pensar en mi rol en estas facetas: familia, empleo, comunidad, vida social, salud, mente, espíritu. En comunidad yo escribí: proteger un bosque, playa o reserva de mi país. Recién ahora pongo en práctica ese buen propósito: difundir la importancia de proteger el Yasuní de la explotación petrolera y maderera.

Anoche estuve con unos amigos que me decían una frase que se repite: pero si ya van a explotar el Yasuní… Y yo les contestaba: ¿¡entonces hay que cruzarse de brazos y dejar que pase lo de Texaco/Chevron!?

En Guayas hablamos con los corredores que se citaron en el Parque El Lago a recorrer los 21k del Reto sobre la protección de esa reserva, pues antes tenía 40.000 hectáreas y ahora inexplicablemente tiene menos… Así desaparecen nuestros pulmones verdes. ¿Quién se aprovecha y vende por metros nuestras reservas?

Lo que es de todos es de nadie, dicen. Y lo que es de nadie, se aprovecha el más ambicioso y delincuente…

Conocer la reserva más cercana a nuestra casa y protegerla ya es una buena misión de vida.

Y como nuestras casas están lejos del Yasuní, hay otras formas de proteger esta maravilla que Dios nos dio:
• Escriban su opinión sobre la explotación del Yasuní al mail mlhernandez@solidario.fin.ec en su FB o Twitter propios, a los medios de comunicación o al gobierno.
• Denuncien la presencia de empresas petroleras y madereras en el Yasuní.
• Infórmense y visiten esta reserva única en el mundo. Pregunten a sus hijos sobre la selva. Seguro están más enterados y preocupados por su destrucción.
• Corran las rutas del Reto 21x24 y/o compren la camiseta del Reto. (Toca Esmeraldas este domingo 14 de agosto desde Same. Más informes en este mismo blog)

¿Hay otro sitio como Yasuní en el mundo? ¿Con igual densidad biológica y cultural? ¿Con su invalorable biodiversidad y pueblos en aislamiento voluntario que lo habitan y que exigen respeto a sus derechos? La respuesta es no. No hay otro lugar que combata mejor el calentamiento global.

Y es nuestro.

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