En Sucumbíos estuvimos en la zona más explotada del Ecuador. No quisimos ir a conocer Shushufindi y el territorio destrozado por Texaco, ahora Chevron. Es deprimente ver cómo dejaron nuestra selva. No queremos oír pretextos ni razones. Nadie deja esa destrucción a menos que desprecie a sus habitantes y sea en sí mismo despreciable. Que Petroecuador recibió y se hizo cargo de semejante desastre, es una vergüenza nacional. Los rumores de que los fondos de la demanda –si es que llegan- se van a hacer humo, no nos sorprende y será otra vergüenza más.
Lo único rescatable del crimen ambiental de Chevron Texaco es que ahora hay un precedente. Las empresas petroleras cuidan más su operación. Dicen que son radicales en los procesos pero estamos enterados de que como hay cuotas que cumplir, a veces no hacen los chequeos a tiempo y se producen los derrames por su negligencia. Todos sabemos que cuando entra la explotación petrolera, la selva sufre. Es AVATAR.
Qué duro escribir todo esto cuando el Reto estaba planeado para encontrar rutas maravillosas y trotar alegremente. Conocemos un Ecuador maravilloso y otro desgastado, maltratado…
Decidimos celebrar a orillas del Aguarico con una gallina criolla y champán alemán Henkell Trocken en honor a la maratón de Berlín que se viene ¡en vasos plásticos! No había más. Prometimos un año sin plásticos, pero la otra opción era tomar a pico.
CONTINÚA…
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