21 RECLAMOS PACÍFICOS



REÚNE SUFICIENTE CORAJE PARA SEGUIR 

El camino que ha seguido el Reto 21x24 por el Yasuní pasó primero por la curiosidad: ¿Hay rutas de correr en Ecuador? ¿Hay corredores locales? ¿Hay representación deportiva? ¿Que nos espera a la vuelta de la esquina?

Luego, al descubrir que Ecuador tiene senderos increíbles para el rutero de trote, y que cada localidad tiene atletas de calidad humana y deportiva, vamos a lo seguro: de la curiosidad hemos pasado a la acción, siempre apuntando a la Federación provincial de deportes -que no siempre responde- y visitando territorios con colegas de primera.
¡Qué especiales son los deportistas! Abiertos, metódicos, cumplidos, democráticos y respetuosos. (Hay un artículo que compara al corredor con quien maneja bien las finanzas… motivo de otro blog…). Solo por esas cualidades vale la pena incentivar el atletismo u otro deporte en la familia, en la empresa y en el país... es una inversión para la comunidad. Debería ser política de estado incentivar el deporte sin parar, para formar buenos ciudadanos.

En este Reto que ya va por 21 ‘reclamos pacíficos’ por la preservación del Yasuní, ha habido también cuestas y tropiezos. La falta de tiempo para organizar cada ruta, el cansancio físico y mental, la incredulidad propia y ajena de que se puede lograr la meta, han amenazado con liquidar esta aventura. Todavía resuena en mis oídos la frase de mi hijo Manuel: “Por eso es un reto, porque cuesta”. Y la frase de mi sobrina Di citando a su sabio profesor West: “Reúne suficiente coraje para hacer algo al respecto.”

Recuerdo la dificultad que tuve de conseguir contactos en Sucumbíos, donde la gente simplemente no tiene interés en hacer deporte y menos correr por el Yasuní, posible veta de oro negro para su sustento diario. ¡Ellos viven del petróleo!
Un problema menor fue mi esguince de tobillo. O la caída aparatosa de dos colaboradoras del Banco Solidario.

Curiosidad, acción, tropiezos… ¡ilusión! Se acerca el final del camino y vemos las rutas faltantes como una golosina. ¡Allá vamos!  A aprovechar cada kilómetro, paisaje y amigo. 

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