Mi look va
cambiando, pero la fuerza está intacta.
Mientras corría desde la Chocolatera a
Salinas hoy de madrugada, pensaba que las arrugas y las canas no me van a parar.
Hay algo oculto en el mundo que todavía quiero descubrir con
mi piernas, trotando. Hay misiones que conectan la protección de un territorio
virgen, con la sabiduría de filósofos y pensadores, y que quiero emprender
corriendo, con la mente, el cuerpo y el espíritu.
No sé bien cómo se hará.
Dice Rudyard Kipling: “Ve y mira detrás de las montañas.
Algo hay perdido que te espera. Ve.”
Toda travesía será rompiendo límites, de velocidad y
resistencia, de record por rutas nunca pasadas a trote. De gente nueva, inédita
también. De tierras, bosques y selvas que si no se protegen, serán solo un
recuerdo en una foto.
Se sabe lo que es partir, pero no se sabe lo que es volver.
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