¿Correr en montaña o en calle?




La diferencia entre correr en la montaña y correr en la calle es inmensa.

Para El Cruce Columbia o la Northface estaba lista para dormir en el piso, llenarme de lodo, rasparme con ramas. Ahora soy “veme y no me toques”, incapaz de pisar el charco o de dormir incómoda si mañana corro la maratón.

Conservar el ritmo es lo difícil en la calle. Concentrarte en la cadencia aun si hay gente contigo en tu mismo carril y hombro con hombro. Aun si hay gente gritando.

La altura en cambio ha sido el adversario al correr entre montes. La cuesta casi vertical en el km 33 en mi último Ultra fue el ultimátum. Aun con paisajes, perfume de bosque, soledad y pajaritos.

Conjugar las dos capacidades es la clave. Dos mega eventos que te hacen dura y que necesitan que estés dura.

La mente en la montaña divaga y se relaja frente a los paisajes. En la calle puede colapsar si no entra en un mantra rítmico. Todo puede molestar y quitar energía. En los bosques cada rama que te roza te carga de fuerza y el viento te refresca;  parar para saltar una acequia te llena de vitalidad y te hace sonreír.

En el asfalto si ves una piedrita quieres esquivarle y ese mismo pensamiento ya te agota. Si la pisas te duele durísimo y si te mueves a un lado la energía te abandona por segundos o para siempre.

Si, en las dos carreras los minutos cuentan pero en la calle los segundos son determinantes. Un segundo más por kilómetro y estas jugándote una clasificación o un podio, o ganarle a tu contrincante legendario.
Cuando llegas a la meta de una carrera de montaña, los tiempos son relativos. Si no vas al podio no es por una cabeza. Es por varios minutos.

Hasta abastecerse es otro cantar en la montaña. La última vez reviví con un sánduche de atún y cola. Eso es imposible en el trayecto de los 42k; con las justas pruebas un bocado de plátano y tus gels y agua te saben fatal.

Mochila vs. cinturón, o nada
Buff vs. gorra o nada
Poles  vs. nada que te pese o estorbe

Completamente diferente.


Y si empiezas a hacer trailrunning, te cuesta volver a la aburrida calle. Pero es necesario alternar porque la resistencia te hace perder velocidad. Un ejemplo es Franklin Tenorio, líder de muchísimas carreras importantes de calle, más de 40 maratones y atleta olímpico. Él  incursionó hace poco en montaña y gracias a su experiencia, calidad y velocidad en pista, ha ganado las últimas versiones de ultratrail (80K Northface).

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