LAS ETAPAS:
Madrid a Villafranca del Bierzo
De
entrada nos atrasamos al bus en Madrid por un error en el cambio de hora. Así
que tomamos otro bus y llegamos a Ponferrada después de 6 horas de ver paisajes
áridos pero hermosos, y desde ahí en otro bus a Villafranca del Bierzo.
Una
pareja de señores mayores que se bajó del bus con nosotros nos dirigió “es
frente al castillo”. La Puerta del Perdón, como se llamaba la posada, estaba
junto a un castillo medieval del siglo IX y a la famosa Puerta del Perdón. Desde
ahí, por el Camino Francés, comenzaríamos la travesía.
Nuestro
anfitrión, Herminio, nos dijo que la capilla vecina tiene el nombre de Puerta
del Perdón porque los peregrinos en la antigüedad llegaban allá tan maltrechos
que muchos ya no seguían el viaje y algunos hasta morían. Entonces recibían el
perdón.
Esa
noche comimos delicioso, y así fue todo el viaje: los bocados de jamón serrano,
o de queso manchego con aceitunas negras, el caldo gallego, todo rico junto con
vino, cerveza o jugos. El menú del peregrino tenía un costo de 8 a 10 euros y
era gigante y rico. Yo a veces comía medio menú por la cantidad.
Dejamos
lista la mochila grande para que un servicio de transporte la llevara al día
siguiente al próximo mesón, y la mochila pequeña para empezar nuestra travesía de
8 horas desde Villafranca a O’Cebreiro.
¿Por qué va la gente al Camino de Santiago? Por tres razones especialmente: para encontrarse con Dios, encontrarse con uno mismo y para buscar un espacio de reflexión. Así vayan por deporte, no es una competencia sino una ruta de paz para recorrer.
Conchita
Bernárdez (abajo sus datos), nuestra guía gallega, experta en el Camino, nos
fue contando la historia de Santiago apóstol –uno de los Doce- durante el viaje
en carro a Finisterre, 8 días más tarde. Antes de comenzar a caminar me habían
dicho que a Santiago le decían Matamoros porque gracias a él, España venció a
los moros. Conchita nos explicó que siglos después de su muerte, durante la
invasión mora, los soldados tenían tanta fe en el Apóstol que eso les mantuvo
firmes y unidos hasta ganar la guerra.
Me
encantaba pensar que por los caminos por donde yo pasaba, había recorrido el
mismo personaje que estuvo en la Transfiguración, viendo a Moisés y a Elías y
oyendo la voz de Dios. Y era el mismo que fue reprendido por Jesús cuando le
dijo que quería estar en los primeros puestos. Y este mismo Santiago “el Mayor”
es quien se topa con un desconocido en el Camino de Emaús y de repente le
reconoce. Ese encuentro con Jesús resucitado es hoy un símbolo de reencuentro y
renovación.
Mientras
maniobraba su carro por una carretera angosta, Conchita nos abría los ojos
sobre la vida de Santiago apóstol. Cuando Jesús les dice a sus apóstoles: id y
evangelizad hasta los confines de la tierra, Santiago -con esa misma osadía
suya- partió por ese camino que ibamos nosotros, a Finisterre que se creía entonces que era el fin del mundo.
Datos de Conchita
Bernardez
Tel: +34 663 877
248
@waysantiymas y
FB
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