CAMINO DE SANTIAGO ETAPAS 3 a 8: Triacastela hasta Santiago

O’Cebreiro – Triacastela:   21.1kms





¿Por qué es amarilla la flecha? Don Elías Valiña, gran descubridor y promotor del Camino fue marcando la ruta con la pintura que logró que le done el gobierno, es decir la que está en las carreteras y calles. ¡Sin más ni más! Agarró lo que estaba a la mano para conseguir algo tan grande como reactivar una ruta –El Camino de Santiago- que estaba perdida.

Cada kilómetro es hermoso, cada rincón único, que si no fuera por el Camino, poca gente los vería. Pasaríamos por el carretero a toda bala sin fijarnos en estos pueblitos de piedra, rodeados de flores, cada uno con personalidad propia.

10k de trote y un concierto de música sacra
En este trayecto pasaron algunas bicicletas y una pareja a caballo. Hacía sol y se veían pocos caminantes.  Conchita nos había advertido de las bajadas, de cuidar las rodillas, así que decidí correr, que es lo mío ¡Qué delicia! Llegué a la calle central y me dio ganas de una cerveza. Pero decidí ir primero a la iglesia a sellar la credencial. Estaba cerrada.

Regresé por la cerveza y apareció el Santi. Fuimos al Restaurante Esther con una terraza que daba a un viñedo. Ahí nos dieron el menú peregrino con una botella de vino tierno que me zumbó. Los dueños de este sitio nos llevaron en su carro hasta nuestro alojamiento a 2 km del pueblo. Era una hacienda hermosa “Casa Pacios” adaptada para hotel. Allí tomamos una siesta y luego en taxi fuimos al Monasterio de Samos.

Es una gran estructura compuesta por la iglesia y el convento. Al llegar nos informaron que esa noche había un concierto de canto gregoriano. Fue una visita completa y hermosa, con esa música de voces privilegiadas. Me sentía en otra dimensión. En este ambiente de meditación acepté leer las lecturas en la misa. Ni en Quito lo hago, pero bueno, esta era una noche especial.





Antes, en la edad Media, los peregrinos iban a Santiago a cumplir una promesa o por penitencia. Se decía que un pecado público debía tener una penitencia pública. Por eso y para saber que habían llegado a Santiago y después a Finisterre, debían traer una concha del mar. Lo malo es que empezaron a aparecer mercaderes de conchas que “limpiaban” antes de hora la pena de los reos. Ahí fue que nació la Credencial, documento que debía ser sellado por el párroco de cada pueblo, y que se canjeaba por la Compostela o certificado de haber llegado a Santiago.

En la actualidad, para que te den la Compostela, debes caminar al menos 100kms, por eso muchos peregrinos empiezan en Sarria, a esa distancia de Santiago por el camino Francés.





Triacastela - Sarria: 18.3kms



Fuimos por San Xil ya que es más campo y menos carretera. Desayunamos con dos españolas simpatiquísimas: Estrella y Alejandra. Santi le vendó el pie a Estrella que andaba con fascitis. En nuestro caso entrenamos tanto en Quito que estamos preparados y aunque es cansado, no sufrimos lesiones. 

Algo se va "cosiendo" y "cociendo" entre pasos sobre hojas secas amarillas y rojas... mi sombra, que se proyecta toda la mañana sobre el trayecto, me gusta, me da orgullo, me invita a seguir siendo yo con mis ideas y sueños. Como dice Naty: "estoy convencida que Dios y las fuerzas del Universo premian los esfuerzos". 

Como soy esforzada, y lo seguiré siendo, no debo preocuparme por el futuro. Esta es otra promesa del Camino. Es una ruta tan llena de vericuetos hermosos que todo se olvida.

Al llegar, comimos el mejor pulpo de la vida en Pulpería Do Luis, en Sarria. Y de postre, membrillo con queso, como cuando eramos chicos. Recorrimos de arriba abajo esta ciudad bastante grande, buscando la Casona, nuestra pensión. Al fin la encontramos y resultó que la dueña, Marcela, es una chilena que vivió en Ecuador muchos años. 

Esa noche fuimos a cenar elegante al restaurante Roma, con una estrella Michelín. 


Sarria - Portomarín: 22.4kms




Llovió todo el día, pero yo sólo me acordaba de la sequía en Quito y caminé gozando. Como dice Conchita: "cada día tiene su propia belleza". Un rato me entró desesperación por el frío y el entumecimiento, y nos topamos con Estrella y Alejandra que iban despacito pasándola mal. Así que decidí apurar el paso y corrí. Fue tan chévere que unos chicos de colegio comenzaron a seguirme y también el Santi. 

Llegamos a Pensión Boa Vista, saludamos con Nuria nuestra hospedera y volamos a meternos en agua caliente. Qué sensación de gratitud por la existencia. ¡Esta etapa nos probó!

Nos contaron que hace 50 años el embalse del río Miño se rompió y se llevó el pueblo. Sólo la Iglesia se salvó. El actual es nuevo y  allá fue trasladada la Iglesia. En la noche oí Misa ahí y el padre dijo: "Salimos de Dios y volvemos a Él, así es el peregrinaje a Compostela. El peregrinaje de nuestra vida. Dios avanza con nosotros. Sus huellas sigo y en las mías está Él. Sus pedidos en este caminar son: ser felices, darnos paz. Llegamos a Compostela, abrazamos al Apóstol y regresamos a casa felices". 

Comimos en O'Mirador y probé el caldo gallego, qué delicia. Estoy tomando demasiado vino... 

Portomarín - Palas de Rei: 25kms



¿Qué significa peregrino? El que camina entre campos. Allá vamos. Alejandra me dice que va a trabajar la compasión en este trayecto, pues pierde la paciencia con los hospederos, los meseros y peregrinos. 

Cada día hay que trabajar una virtud... eso me enseñaron desde el colegio. 

Justo nos llegó por whatsup la noticia de la muerte del hermano de un amigo, él nos pidió que recemos por sus hijos chiquitos. Claro que rezamos en el camino y en cada misa, pidiendo por él y su familia. También me dediqué a pedir por cada miembro de mi familia y mis amigos y trabajé en la paciencia porque a los tiempos pasar con mi esposo todo el día... paciencia de Job!

Esta etapa amaneció con sol, una belleza. Arrancamos felices. Qué caminos preciosos, con vacas, borregos y su campana. Flores, aire húmedo, guirnaldas navideñas con pepitas rojas. Conversamos con James de Seattle y su esposa. Paramos en un café a desayunar y fue el mejor del Camino. 

En esta parte de Galicia hay hórreos que son construcciones para almacenar semillas. Santi decía que eran gallineros hasta que alguien nos informó. Los gallegos son supersticiosos y por eso en cada hórreo ponen una cruz a un lado y por si acaso un pirindolo para ahuyentar malas energías. Creen en brujas y hechizos. 

Nos encontramos con Peter y Ron de Canadá. Son jubilados pero qué guapos y jóvenes. Era su día 26 pues venían de Saint Jean D Port, Francia. Nos pusieron al vara alta. Caminan 4 días y descansan 1. Van tranquilos y justo ese rato se desviaban a conocer un monasterio. Van 3 parejas pasando bestial. Al terminar se iban a NYC a relajarse un poco. 

Paramos en Abrea a tomar cerveza, tortilla y calamares a la romana. Los gallegos al principio son hoscos y de repente, un amor. 

Cada hoja del Camino, cada castaña, cada hierba... cada momento de paz, de oración, de dejar de pensar y mantener la quietud. ¿Algo que me ha marcado? Pues eso: cada hoja, cada castaña, cada hierba.

Llegamos al Hotel Palas y al pueblo de la ropa tendida. Un hotel comodísimo, ordenado. Nos lavan la ropa. Luego nos fijamos que la tienden fuera de sus puertas de calle, en las ventanas, por todo lado. Conchita no dijo mayor cosa de este pueblo, pero a nosotros nos gustó. La Misa fue llena de los colegiales que son divertidos. Cantaban y rezaban, lo más lindo.

Probamos ahí el famoso bacalao. No nos gustó! 




Palas de Rei - Arzúa: 32kms (la etapa más larga)


Hice voto de silencio. Me sirvió para no pelear con el Santi. Mi amiga Paula R me dice: El Camino te hace apreciar a los otros, sus necesidades, sus fortalezas, sus pérdidas y ganancias. Y el encuentro con el otro te hace feliz. 

Salimos e hice chikun un ratito. En Melide comimos pulpo en La Garnacha (más rico el de Sarria) y asomaron las chicas. Acabamos bebiendo con ellas un vino blanco Albariño y la ruta se hizo difícil. Llegamos en la noche con un cielo precioso. 

Arzúa - O'Pedrouzo: 19.1kms


Mesón Arzúa flojo, sin desayuno. Eso sí, una delicia encontrar las maletas cada tarde en nuestra habitación. Una promesa del Camino: viajar ligero! llevé ropa para cada día y me repetí casi todos los días la misma mudada. 

Desayunamos en un sitio lleno de rótulos de "nueva filosofía", "las religiones han separado en lugar de unir", "hay un solo Camino..." y daban café con pastas. Tomamos y mientras tanto una señora le preguntaba al dueño: el Camino te transformó? él dijo no, aquí vivo 16 años. Sin darle la menor importancia. Eso me confirmó que el Camino no es una bola de adivinar ni el Santo Grial... y sí lo es! La filosofía está en ti. Estos momentos son míos. Y cuando pasa el tiempo vuelven a mi.







Me adelanté y nos encontramos con el Santi en un rincón lindo con un río chiquito y un puente. Es que en el Camino no hay pierde, no puedes decir que no sabes a dónde vas porque hay una flecha amarilla que te indica. Es un relax. Que en la vida tuviéramos tanta dirección sería una delicia. Hay que seguir con la brújula del cerebro, del alma, de los valores. Como Gaudí que se dedicó 40 años de su vida a la meta tan espectacular de construir la Basílica de la Sagrada Familia. Así de claro. 

Tal vez sea un hogar de 35 años...

Lindo O'Pedrouzo o Arca. Un hotelito con un potrero donde nos acostamos a tomar sol. Misa y cena "Medio Menú Peregrino" con caldo gallego, queso manchego, pan y la botella de vino. Todo por 4 euros! En Quito vivimos muy caro, no entiendo qué pasa.

O'Pedrouzo - Santiago de Compostela: 20k






Un trayecto rapidísimo. Me daba pena dejar el Camino y me prometí volver. La entrada a Compostela con Vanessa, catalana, -mozzo de Escuadra- y su novio Andrés, fue emocionante. Empezamos a caminar sin pausa, a toda. Ellos cargados de tremendas mochilas, nosotros con las pequeñas. Iba pensando en lo osado y amoroso que era Santiago Apóstol. Le dijo una vez a Jesús: Juan se sentará a tu lado y yo al otro cuando estemos en el Paraíso. Además estuvo en la transfiguración y se desesperó en el Camino de Emaús. Finalmente, cuando Jesús les pide: Id y predicad hasta los confines de la tierra, él decide literalmente ir al fin del mundo que era Finisterre. Cómo me impacta la entrega e ingenuidad de Santiago. 

Ibamos entrando a la Plaza del Obradoiro y el Santi se adelantó con Andrés. Yo iba atrás con Vanessa y otros peregrinos. Llegamos y nos tiramos en la plaza como es la tradición. Y descansé! Vanessa lloraba y yo me reía viendo a Jesús ahí riendo también. 

Fuimos a firmar la Compostela y a abrazar al Santo a quien le entregué 2 cosas: una piedra la del perdón por todo y por todos, y una semilla de algo que ha ido creciendo dentro de mi: que puedo ser independiente y feliz. Cantamos con católicos y no católicos en la Misa de peregrinos y de repente el Botafumeiro, inciensiario gigantezco que vuela de un lado al otro de la nave de la Basílica. 

Tengo una conclusión y sensación clarísima del hermoso Camino de Santiago: Dios camina conmigo. 











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