NUNCA VOLVERÁ A SER LO MISMO
29 de abril:
Todo lo que tenía planeado para estos días se paralizó desde
el sábado 16 de abril en la noche. La naturaleza nos demostró su fuerza y lo
poco que somos.
Cualquier noticia, evento, proyecto dejó de tener
relevancia. Las labores y la acción cambiaron de rumbo y lo único que nos pone
a trabajar es ayudar a los hermanos afectados.
No es que nos sentimos mal si hablamos o hacemos otras
cosas, es que no nos nace hacer otra cosa. El día antes del terremoto está tan
lejano. Tal vez mañana o la próxima semana nuestra mente pueda asimilar otras
tareas, o atender lo que quedó pendiente.
Pero nunca volverá a ser lo mismo.
Sigue alegrándonos la solidaridad de los quiteños, de los
guayaquileños, cuencanos, sigue el Ecuador en un puño pensando en los hermanos
de la costa que perdieron familia: hijos, esposos, padres, hermanos. Yo mismo tengo
6 clientes que murieron. Me impactó la muerte de un joven cliente de 26 años…
yo tengo hijos jóvenes. Era soltero y tenía crédito. Sus padres son los que le
entierran, ¡qué dolor!
Y hay dos mamás de 2 niños cada una, que eran jefas de
hogar. De esas mujeres fuertes que tiene el Solidario y que tiene el Ecuador, a
quienes su esposo les abandona. Y pierden su vida en el terremoto dejando solos
a sus hijos. Una tía es la beneficiaria, eso me estremece, ni siquiera una
abuela que haga las veces de mamá.
La señora de la zona azul me dijo: ahora sabe qué, tenemos
que ser mejores, ser más buenos.
Eso ha conseguido este terremoto dolorosísimo. Sacar lo
mejor de cada uno de nosotros.
Mis dos hijos se fueron a la costa a construir casas.
Llevaron, con el grupo Hombro a Hombro, varios camiones llenos de víveres,
medicinas y material de construcción. La situación es terrible me decía Manuel por
celular. El terremoto reveló la pobreza material y social que hay en El Matal.
Me habló de los malandros que nunca faltan, del peligro que corren los niños en
los refugios, y de la cantidad de voluntarios que es la parte maravillosa de
todo esto.
Los ecuatorianos o extranjeros que aman el Ecuador estamos
unidos y orgullosos de este amor por los demás, por los que sufren y están
golpeados. Si sobrevivimos a la devastación, a la muerte, es porque tenemos la
misión de ayudar, de donar, entregar lo que sabemos hacer.
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