CAMINO PRIMITIVO Oviedo a Grandas de Salimes = 141 kms
5 a 12 junio 2018
Conocimos Santiago de Compostela en nuestro viaje por el
Camino Francés en el 2016. Desde Villafranca del Bierzo, unos 200k https://bit.ly/2BFxJbA maravillosos. Ahora volvemos
por las rutas más solitarias del Camino Primitivo. Otra vez nos contactamos con
Conchita Bernárdez (FB @elcaminodesantiagoymas), guía de primera, que nos trazó
un trayecto desde Oviedo a Grandas de Salimes, de 140.8 kms.
OVIEDO A GRADO = 25.8 kms
Un viaje tan hermoso en bus desde Pamplona, de ¡9horas y 40
minutos! Por pueblos preciosos, viendo el Camino por sitios mágicos.
Yo no sé si en España se dan cuenta de la maravilla que hay
en sus tierras. Algún día cuando no haya combustible para prender un tren,
volverá a ser sólo el Camino… el futuro está en el pasado, back to simplicity.
Llegamos al hotel de Oviedo, súper central, al lado de la
calle Gascondada donde encuentras sidra en cada esquina. Comimos fabada
asturiana (yo de almejas) en Tierra Astur y después a caminar por el Casco
Colonial preciosísimo, con lluvia. Pensé: mañana arrancaremos el Camino y 1.
Tal vez sea un trayecto difícil 2. Con poca o nada de gente 3. Con lluvia y
frío… 4. Sin señalización. Bueno, todo falso excepto por la gente, que había
suficiente como para no sentirnos solos. ¿Por qué la mente nos jugará siempre
en negativo? No hay que pensar tanto.
“Me hago a un lado para que Tú me guíes por el camino.” UCDM
Desayuno sencillo y a buscar la flecha amarilla que resulta
que es de metal dorado y aparece cada cuadra más o menos sobre la vereda junto
al hotel. ¡Imperdible!
Todo bien, todo maravilloso.
El Camino Primitivo es más montañoso, pero con acceso a
comida, es más natural, menos transitado, con olores y colores únicos y también
familiares. Lo local es maravilloso. Un monumento de cualquier ciudad famosa es
poco al lado de un paisaje como el de hoy. “Buscar lo universal en las entrañas
de lo local” – decía Unamuno. Así no aprenda mucho de cultura, me alimento
tanto al andar por la Tierra.
Mientras caminaba con ganas de correr, pensaba: no quiero
estar en ningún otro lugar del mundo. Y si vine acá un poco escéptica y
temerosa, ahora entiendo al afán del Santi por traerme. Un rato hasta me sentí
parte de un árbol, lavada por la lluvia, con color verde y sangre verde.
La primera biela fue en Peñaflor, con tortilla de chorizo y
tortilla sola en mi caso. Fue mágico.
Ahorita de noche, en esta hostería El Lacayo de Siestello,
con un restaurante de primera, una habitación y baño amplios, con vistas bellas
a Grado, vivo el presente. Agradecimiento total.
GRADO – SALAS = 27 kms
Un desayuno delicioso en un espacio acogedor de este hotel elegante
que Conchita, siempre sorprendente, nos había reservado. Bajamos de Siestello a
Grado a tomar El Camino, con un solicito mañanero deli. Pasar a agradecer a
Juli, una señora que ayer en el cansancio nos subió en su auto hasta la
hostería.
Y seguir, seguir, paso tras paso. Rezamos juntos el Angelus,
oración tradicional del mediodía. Recé yo sola el Rosario, un mantra que me
conecta conmigo y con Dios. Pero hay tanto que ver que me distraigo, además hay
bajadas con lodo por lo que debo estar pilas. Olores de la niñez en Santa
María. ¡Cómo marca la niñez! Tengo 55 años y los meses de verano en la hacienda
me han marcado más que los 40 veranos siguientes. ¿Se darán cuenta de eso las
mamás millenials? ¿Les darán recuerdos de veranos campestres en familia a sus
hijos?
En Doringa, en el Bar C’Pacita, su dueño Toño nos recibe muy
bien. Comemos aceitunas verdes y bocadito de queso con pan. Cerveza,
infaltable.
En Cordellana fuimos al Monasterio y estaban filmando una
película. Estuvo divertido, pero esos trajes de monjes me impresionaron y ya en
la tarde en nuestra habitación del Castillo de Valdéz, en el pueblo de Salas,
esas imágenes me acompañan. Qué épocas macabras donde los curas se tomaban el
nombre de Dios para perseguir, torturar, matar y apropiarse del dinero y bienes
ajenos. La vida tan preciosa y la espiritualidad tan luminosa, maltratadas por
estos infelices.
La religión es personal, es el amor y la ternura silenciosa
de un momento de oración en un sitio de luz tenue, como de penumbra para amar,
despertar, descansar, donde Tú –Dios- te manifiestas despacito. Así quisiera
tener mis momentos de oración, como fue en la noche en la Colegiata de los
Dolores de Salas.
Más tarde, el temor a los monjes se extinguió porque
llegaron al mismo hotel y hacen bulla en los pasillos y uno está de vecino y se
está bañando. Al fin me relajo… Era sólo una película.
El highlight de hoy fue que nos perdimos 2kms, y también
cuando metimos los pies en la Fuente de Santiago, en Zorrina, km 16.
SALAS – TINEO = 20.2 kms
Esta fue la etapa de las flores. Y del lodo. Un lodo que
distrae porque no mancha ni el talón. Luego lavada en agua de bebederos y ya.
Al lado del lodazal del Ecuador Trail tour… esto no es nada.
Caminos estilo La Ciénega en Cotopaxi, con sauces que dan
sombra en los caminos, árboles gigantes y pastizales. La monotonía del paisaje
verde también ayuda a relajarse, a conectarse.
Primera biela en Vane, un local del pueblo El Pedregal, con
tan buena onda que tomamos y comimos largo rato. Una chica dulce y guapa nos
atendió y pudimos ver que es gracias a su actitud que el lugar estaba lleno de
gente local.
Paramos a comer algo más a la orilla de un río. Dos cosas
ricas: una barra de chocolate con almendras que nos dejó mi hermana Carmen en
Pamplona y el mix de frutos secos marca Alteza.
Rebasamos a algunos caminantes y llegamos a Tineo. Un pueblo
lleno de viejitos chistosos: las mujeres se sientan fuera de la iglesia a
conversar, y los hombres se paran en el bar de enfrente a tomar y también
conversar.
Nos atendió Dina, cocinera experta, con sopa de mariscos y
bacalao en estofado (aceptamos con miedo porque hace dos años en Palau de Rei nos
fue fatal con ese plato). Deliciosa comida. Pero lo máximo fue la torta de
queso, celestial, única. No volvimos a probar algo así. Vino tinto y felicidad
total. A dormir en Bar-Hospedería Tineo.
TINEO – POLA DE ALLANDE = 28.2 kms
Amanecí con la idea de que es viernes y todo el mundo se
relaja. Pero el cielo se relajó también y una niebla gris cubrió el Camino.
Eran las 7h30 am o sea 2 horas antes de la hora acostumbrada para salir. Parecía
un cuento de Narnia, o El Señor de los Anillos, mágico.
Luego comenzó a chispear y a llover y sólo paró 4 horas más
tarde. No había lodo sino un piso rico de piedra y a ratos adoquín y asfalto.
Pero la lluvia nos agotó y congeló. Aún con el poncho de aguas, me quería subir
al primer taxi que pasara. El Santi casi se cae. En fin. No pasó ni medio
vehículo y llegamos con las últimas a Campiello, al restaurante Herminia. Y de
pronto ¡todo cambió!
Había agua caliente en el baño, todo limpio y cómodo. Nos
dieron un desayuno deli, huevos fritos con queso manchego, al Santi con chorizo
asturiano elaborado en casa. Café en un gran tazón, jugo de naranja real. Me
quería quedar a vivir ahí. Hasta me compré unas pulseras de Compostela.
Los siguientes 14kms estuvieron muy bien, con sol y lluvia,
pero más fáciles. Entramos al Monasterio de Santa María La Real de Obona,
descuidado pero bello, con agua buena para nuestras botellas. Da un poco de
pena ver las iglesias abandonadas, pero si los orfanatos y centros de ancianos
que maneja la Iglesia están llenos, no hay lío. Eso es lo que importa.
La biela y el vino frutoso con aceitunas fue en Bar San
Roque de Porciles, cuyo dueño era un fanático del Barsa.
Fue la etapa de las ortigas picándonos las piernas, del agua
buena, y los cantos de pájaros que nos dieron concierto todo el camino. Hasta
vimos un gavilán.
Ya en el hotel de más de 50 años, “La Nueva Allandesa”,
dormimos en el cuarto de la abuela y comimos pastel de legumbres, potaje, micro
trucha, y de postre, pastel de queso. Ahorita estoy secando mis zapatos con
papel higiénico y repitiéndome la ropa de días anteriores porque no hay
lavanderías.
El Príncipe de Asturias ¿dónde se hospeda cuando visita su
Reino?
POLA DE ALLANDE – MESA = 22.8 kms
¡Hoy salió el sol!
Un cielo azul nos dio ánimos para seguir. Anoche algo me
sentó mal y no dormí bien. Pero bueno, un té con tostada y una naranja y
partimos. Pola sin lluvia, lindo. Y los alrededores, un sueño. Y el aire luego
de la lluvia siempre es riquísimo.
Subimos al monte Puerto de Palo y bajamos por unas laderas
facilitas. Corrí súper. Era la parte más alta del Camino y no llegaba ni a
2500mnsm. Pasamos por el pueblo de piedra abandonado de Santa Coloma y bajamos
por un chaquiñán con piso de lava, lleno de flores moradas y amarillas hasta
aterrizar en la pintoresca Mesa. ¡Qué bello es Asturias!
La primera biela no hubo, sino Coca Cola por lo de la mala
noche. Estuve tan cansada que, a las 6 horas de caminar y con 2463
kilo-calorías gastadas, me sentí a límite y feliz de ver a lo lejos el Albergue
Miguelín, tan nuevito y acogedor.
Ahí lavamos la ropa. Secamos los zapatos. Tomamos caldo. Una
ducha deli. La cama más deli. La hospedera, Cristina, una simpática.
Mañana último día del Camino. Misa de domingo a las 12m.
Cierre.
MESA – GRANDAS DE SALIME = 17 kms
Vamos 6 días con montón de pasos, vistas, ríos, acequias,
plantas, árboles, nubes, sol, agua y niebla. Y tan poca gente. Contados los
seres humanos con los que nos hemos topado. Pájaros cantores, bastantes; un
conejo y muchas babosas y caracoles. Unas 2 o 3 mariposas. Pocas abejas. Y otra
vez la sensación de ser un árbol que me enseña a vivir el presente, a darme
cuenta de lo que está pasando. Quieto, inmóvil y presente. Real.
El Camino en esta zona tiene un desvío por el incendio del
año pasado, pero no todos se desvían. Nosotros sí. Un paisaje que nos recordó
al bosque de pinos del Cotopaxi. Luego un camino hermoso y el Embalse de
Grandas, gigante, y que está por colapsar de tanta agua. Una subida fuerte y
luego 4 kms de carretero. La descripción de los Euskadi es “tomareis un camino
bucólico” hasta Grandas. Bucólico, según WordReference.com significa: pastoril,
campestre, idílico, poético, eglógico, ecológico, silvestre… Pero sigue el
carretero. Al fin entramos al bucólico y comienzo a hipar por la emoción de
llegar al final del Camino. Se terminó el reto de 141kms y de pasar unas
vacaciones diferentes. No llegamos a Compostela pero eso no importa.
Hicimos este trayecto en 3 horas y media de lo rápido que
fuimos, para llegar a Misa.
La Misa fue dada por el Obispo pues incluía las
Confirmaciones de todos los niños, jóvenes y adultos de Grandas y sus
alrededores. La gente estaba elegante y solo contábamos unos pocos peregrinos.
Nuestro hotel era sencillo, con vista a la Iglesia. Después
de comer pulpo y tomar cerveza, nos bañamos y descansamos. A la noche fuimos al
bar del pueblo que estaba lleno con los de ahí mismo que veían el partido del Deportivo
de Jijón. Nos tomamos unas bielas y a dormir para partir de regreso a Oviedo y
Madrid en la madrugada.
¿Volverías al Camino? Me pregunto yo… y respondo que sí. La
próxima vez quiero hacerlo corriendo, pasar por 2 etapas diarias y conocer más
aún. El Camino Portugués es el siguiente.
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