7 julio 2019
Todo es hermoso en el Ironman 70.3 de Manta. Para mí que
hago postas o relays, el entrenamiento es más fácil que para los héroes
que nadan, ciclean y corren. La única diferencia con cualquier media maratón es
que se debe entrenar al mediodía o en clima caliente porque el corredor toma la
posta desde las 10am a las 12m, según el equipo que tenga.
En mi caso voy con el equipo TSX: Joselo Flores, nadador de élite, Roberto Tora Crespo, ciclista pre-profesional y yo, corredora
aficionada.
El viernes, o sea dos días antes de la carrera, trabajé en
la oficina de Manta y a partir de las 7pm nos encontramos con el equipo y nos
tomamos fotos, fuimos a cenar, paseamos por el malecón y a descansar. En mi
hotel, pese a no ser el de la organización, se veían las bicis y los personajes
con cuerpo y expresión de deportistas. En la recepción nos ofrecían hielo,
bebidas energizantes y avisaron que tendríamos el desayuno desde las 4am el
domingo. Todo Manta estaba inmerso en el Ironman 70.3!
El sábado fui a trotar un rato. Creo que 2 kilómetros porque
estaba caliente. Después a retirar el chip con la gallada de amigos de Quito,
algunos de postas y otros completo… novatos dos o tres. ¡Qué admiración que se
siente por los triatlonistas!
La Expo muy buena, en el hotel Poseidón, todo bien
organizado. Se trata de una franquicia internacional que cada año ha ido
mejorando… Esta vez, mi tercera, estuvo excelente.
Fuimos a almorzar a Las Velas, en la playa, una delicia de
carpacho de pulpo y pasta con salsa pomodoro, ligera. Una botella de Pedialyte
y a descansar. Leí, dormí, hice estiramientos, dormí otra vez. A las 6pm fuimos
a cenar en Martinica, el mejor restaurante de Manta. Mi ensalada “Martinica” ¡excelente!
Ahí estaban Juan, Bernardo y la ñaña, tres hermanos Sevilla, máquinas que hacen
posta. Otros hermanos que sigo con emoción son Roberto y Gaby Espinosa. Al
Sebas Carrasco, también. ¡Son mi inspiración!
Y comenzó la cuenta regresiva. Me desperté a las 6am y tomé
un taxi. El Joselo me había dicho que él se adelantaba para estar con sus
alumnos, y como en las otras 2 ocasiones anteriores, me ubiqué junto a la
tradicional grada de Manta para ver la largada.
Vi salir a las diferentes categorías, correr por la orilla y
meterse al agua. Con marea alta, picada, miedosa. ¡Por eso no soy triatleta!
Tengo terror del mar.
Son 1800 atletas, 300 extranjeros, 200 postas.
Luego caminé hasta la llegada de nadadores con la Guía María
De la Torre, una corredora hermosa! Tomamos fotos a los amigos que llegaban y
nos fuimos a la transición por un rato. Le vi llegar al Joselo, foto, y vuélate
a verle salir al Tora. Equipo TSX todo muy bien y a tiempo. Estábamos felices
porque el día amaneció nublado.
Pero de aquí comienza mi odisea. Ir al hotel, en taxi porque
pese a que es a un paso, me dio miedo de perderme como el día anterior.
Desayuné un poco con otros deportistas, y ya en la habitación traté de ver
Netflix pero mi cabeza estaba en otra. Hice estiramientos, me bañé, me alisté con
mi vestimenta TSXsportswear y salí al balcón. El sol brillaba en todo su
esplendor y hacía calor en la sombra.
Me resigné al plan B, o sea a correr y llegar sin desmayar y
sin sentir calambres. Me acabé lo último de Pedialyte y me armé de valor para
salir.
Tomé un taxi y llegué a la transición donde estaban algunas
amigas corredoras y la Sole Darquea mi amiga nadadora. Ahí la espera desespera.
Por suerte ahora se puede ir trackeando dónde está tu posta. El Tora iba muy
bien. De pronto, de 14 minutos subió a 19… luego ya se fue acercando y llegó. Se
le notaba quemado al pobre. Yo salí al fin a correr y eso es rico: actuar.
El calor era insoportable, pero me dediqué a respirar y a
ponerme agua en la cabeza y hielo debajo de la gorra. El km 13.5 es enervante. Le
tengo presente como un tormento. Y el 17 en cuesta es como para desertar. La
llegada es maravillosa. Tenía tanta alegría de terminar los 21k que el locutor
de siempre del Ironman decía: ¡viene con una sonrisa de oreja a oreja la
corredora del equipo TSX! ¡No puede más de la felicidad! Qué risas.
Llegué y directo a la piscina helada. Fue reparador. Cuando
tuve frío me salí para comer pizza y esperar a los amigos. Le vi llegar a la
Gaby y al Robert y me salieron lágrimas de emoción. Son unos momentos tan hermosos
que te hacen olvidar los 120 minutos pasados.
El equipo TSX llegó entre los 20 primeros. En la posta el
deportista que corre debe ser élite si se quiere lograr una buena posición. No
hay categorías –¡sino ya hubiéramos ganado! e inexplicablemente, el mejor
triatleta siempre le gana a la mejor posta. ¿Por qué? No sé. Porque están
hechos para eso. Y también porque salen 45 minutos antes que los relays.
Ya dije mi preocupación. El resto es hermoso. ¡Cómo se goza
en Manta!
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