En lo que respecta al dinero, si nos volvemos dependientes, somos más vulnerables. Independicémonos de la idea de que alguien nos debe ayudar.
Léélo en Primicias: https://www.primicias.ec/noticias/firmas/defensas-fisicas-monetarias/
Empecé a
tomar nota de mis gastos cuando recién me casé. Recuerdo que mi esposo me dijo
un día: ¿en qué se fue toda la plata? Yo había visto unos libros de
contabilidad de pasta dura en la casa de mis papás así que busqué uno y anoté
todo lo que me acordaba que había gastado. Puse tanto detalle, que mi esposo no
volvió a hacerme cuentas porque le sacaba el librote.
Ahora, en mi
trabajo, cuando dicto clases de educación financiera, me pongo a pensar que hay
que ser tan meticulosos con el registro de gastos como los deportistas somos
con la tabla de entrenar. Cada día reviso lo que me manda el entrenador: 20
minutos de trote, 20 minutos de cambios de ritmo… voy y cumplo a conciencia. 10
minutos de calentamiento, 10 intervalos de 400 metros… salgo a la calle y
cumplo.
Para ese
registro de gastos, que es la primera y más importante enseñanza de educación
financiera, basta con un cuaderno, ni siquiera una hoja de Excel. Hoy estamos
en crisis y necesitamos tener defensas físicas y monetarias.
Se aprende
de los papás a vivir con salud y también con ellos es el primer contacto sobre
dinero: si es malo hablar de dinero o su referencia es negativa, los hijos lo heredan
y luego tienen problemas en su manejo. En la familia crecemos y ahí nos hacemos. Ahora oigo
a los papás y mamás decir a sus hijos “Estoy enferma”, “Estoy cansado”, “Tengo
presión alta”, “Sufro del corazón”, cuando la comunicación debe ser de salud y
vida, de ser fuertes y aventureros.
Un índice de salud familiar debería ser: ¿cuántas
horas a la semana sales con tus hijos al parque o al campo? Sobre las 10 horas
semanales, calificas bien.
El
montañista Iván Vallejo decía ayer en una charla de Executive Talk que el deporte entrena tu cuerpo, pero también tu
mente y espíritu, “esta triada te permite trascender en todo lo que estás
haciendo.”
En lo que respecta al dinero, si nos volvemos dependientes, somos
más vulnerables. Independicémonos de la idea de que alguien nos debe ayudar. Si
nuestra mente se pone como víctima no vamos a salir adelante.
Cito a
Valeria Arellano, especialista en educación financiera: “si en la casa se habla
del dinero cuando hay un problema, cuando hay crisis, o se lo relaciona con
control o sometimiento, se pierde la oportunidad de enseñar a administrarlo
bien”. Y añade que el dinero es un tema humano y que la familia es un equipo
entonces su manejo es responsabilidad de todos. ¿Cómo llegar a metas? Ahorrando
un poco, comprando menos dulces y compartiendo lo que se tiene en la
alcancía.
En los
campos de concentración, narra Viktor Frankl en El hombre en busca de sentido, los que lograban separar una parte
de su pan, lo compartían o lo guardaban para más tarde, tenían más resistencia
y lograban vivir más tiempo. Estamos en un momento duro, nos conviene ahorrar
un poquito del pan, tener dominio de nosotros mismos.
No esperes resultados diferentes si haces lo
mismo, esa es una ley de Einstein. Pero si te dominas y te vences, y sales a
diario a hacer ejercicio, va a mejorar tu salud. Crecer económicamente y salir
de deudas requiere un esfuerzo mental y un cambio de estilo de vida que incluye
recortar gastos con valentía, estabilizarse y después aumentar los ingresos -porque
no es cuestión de más dinero sino de más orden.
Vivir simple
nos ha enseñado la pandemia, bueno, a un grupo… siempre habrá alguien que en
cuanto pueda se subirá al tren del consumismo. Eliud Kipchoge, el mejor
maratonista de todos los tiempos dice: “En la vida,
la idea es ser feliz. Yo creo en una vida de bajo perfil, calmada y simple. Entrena
duro y vive una vida honesta. Entonces eres libre”.
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