Me llegan imágenes de la última carrera del 2020, el X Terra en Salinas, la que salvó el año.
Era el 29 de febrero del año surrealista y bisiesto. Estaba nublado cuando largamos, pero al cruzar la meta salió el sol y descalza sobre la arena me puse a bailar con el ritmo de Pedro Capó, "vamos pa’ la playa pa’ curarte el alma, cierra la pantalla, abre la medalla. Todo el mar Caribe viendo tu cintura, tú le coqueteas, tú eres buscabullas… Y-me-gusta lento y contento, cara al viento".
Fue mi primera carrera en bicicleta. Me hacía lío de llevarla hasta Salinas, pero Proyecto Aventura y Martín Jijón me ayudaron con el transporte. Así que desde la noche anterior ya la gocé mientras iba pedaleando por el Malecón a retirar mi chip. ¡Qué buen vehículo es la bici! ¡Qué noble que es!
Sigo "rayando el sol" en la buena vibra de ese último día de playa. Iba por la base aérea de Salinas hasta el filo de la Chocolatera, codeándome con otros ciclistas mucho más experimentados. Sin achicarme me bajaba de la bici para empujarla sobre la arena mojada y lenta y contenta seguía hasta retomar el trayecto de asfalto. Así, doble circuito matador.
El que no arriesga, no gana y aunque no gané, me llevé la mejor sensación de ricura que -ahora en estos días de encierro, me acompaña. Cuando salgamos me voy a anotar a todas las carreras que avance, voy a cumplir los entrenamientos y a ser consciente del momento.
Como esa tarde puesta la medalla y ya en bikini, con una piña colada mirando al mar...“Calma, mi vida con calma, que nada hace falta…” “Lento y contento… cara al vieeento”.
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