“Yo era ciclista urbana -dice Daniela Endara-,
iba a la universidad en bici, empecé a hacer montaña, después carreras de
aventura. En 2010 me compré mi primera ruta”.
Daniela quedó novena en la general y segunda
en su categoría en el Giro D’ Italia Ride
Like a Pro Ecuador.
Gonzalo Baca también hizo podio en su categoría.
Él cuenta: “me sentí feliz
de haber terminado. El puesto no me importa mucho, más es el ambiente, la
fiesta, la emoción, los amigos, la gente que te alentaba al paso brindándote
agua”.
Coincide con Daniela y otros participantes
del Giro que, ver las vías abiertas, sin tráfico, fue lo mejor.
“Había personas indicando pasos peligrosos,
dice Gonzalo, y toda la vía para los ciclistas, tuve una sensación de libertad
y seguridad”.
Sebastián Carrasco participó en su handbike
en la distancia de 40 kilómetros. En su perfil de Instagram escribió: no se
gana pero se GOZA, y agradeció a la gente que tiene apertura para que personas
con discapacidad puedan disfrutar de la ciudad a este nivel.
Isabella Borja estuvo en la feria del
Bicentenario con el stand de ropa y accesorios de bicicleta de su papá. Cuenta
que él le decía emocionado al terminar el Giro: ‘¡tú sabes lo que es subir la Interoceánica
y que no haya un solo carro, te sentías un profesional, el paisaje, parecía Italia!”
Es que ella y Alfonso Borja fueron al Giro d’ Italia
-en Italia-. Él en bicicleta siguiendo el recorrido del Giro y ella de
espectadora. Isa cuenta: “nos encontramos en Verona y Carapaz iba primero, pero
en la última etapa algo le pasó y perdió minutos que ya no pudo remontar.
Y continúa: en la premiación en la Arena había
un ambiente increíble, grupos de ecuatorianos con tambores. Y afirma: “pero te
digo que el Giro en Quito fue impresionante”.
Todos coinciden que el recibimiento en Píntag los
conmovió. De entrada, una pancarta ‘Píntag os saluda’; personas con banderas, carteles,
todo vallado, les lanzaban pétalos de rosas a los ciclistas.
“Yo lloré, fue tan emocionante, los niños te
gritaban ahí va una mujer, y te daban agua” -cuenta Daniela.
“He corrido en Medellín, en Miami, pero nunca
viví algo así” -dice, y añade:
“El quiteño que se perdió el Giro, el próximo
año no puede fallar”.
Desde el himno nacional en la largada ya
sales con piel de gallina, -dice Daniela- había una banda de la policía y
tocaban el Chulla Quiteño. Los niños de una escuelita estaban con camiseta
rosada. El Cotopaxi y los Ilinizas despejados.
¿Cuánto se entrena para cubrir los 150 kilómetros
de la ruta más larga?
Gonzalo entrena cuatro a cinco veces a la
semana, tres de montaña y dos de ruta. Hace un poco más de 200 kilómetros a la
semana.
Daniela entrena ruta unos 250 kilómetros a la
semana.
Ella cuenta que corrió en Nueva York y había
tramos con el tráfico abierto. “Yo dije, nunca más. La de aquí fue increíble,
top, top. Yo cortaba curvas, nunca en la vida, sentía tanta estabilidad.
Fue emocionante saber que en una esquina estaban
mi hermana, mis papás.
Después del paro y la violencia, fue bueno sentir
calma, la vida normal” -afirma Daniela.
Richard Carapaz también apoyó en la
promoción. En verdad Quito se vistió de rosa.
Según el Ministro de Deporte, Sebastián
Palacios, hubo 2500 inscritos para el Giro en Quito; 10 000 asistentes a la
feria del Bicentenario y cuatro millones de dólares de inyección económica para
la ciudad.
“Volví a la bici hace tres años, dice
Daniela, me querían operar por una tendinitis crónica, me daban unos diagnósticos:
pedalear no, trotar no, bailar no, y yo salía llorando de la cita médica”.
Y explica: “fue solo una contractura de
cuando hacía patinaje artístico de niña. Si me operaban la rodilla, me fregaba.
La fisiatra Gina Rueda me curó y me mandó a montar en bici al día siguiente. Y
aquí estoy” -concluye.
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