Una pareja de pocos meses de casada fue a pasar la noche en un hospedaje en la montaña. Se informaron por chat el camino para llegar al sitio de nombre “la cabaña”, y cómo obtener la llave para entrar.
El
dueño explicó que el resto de indicaciones estarían en el interior.
Llegaron
al anochecer y todo estaba nublado y con llovizna. Se oía el ulular de un búho.
El viento les pegó fuerte en la cara al bajarse del auto y ella pensó que tal
vez no había sido tan buena idea tener esta escapada romántica.
Añoró
su cuarto abrigado, su pantalla, sus pantuflas. Con alivio recordó que al menos
las pantuflas sí las había traído.
Él
estaba tan entusiasmado que ella sonrió y dijo: “qué bonito”, y un “brrr” de
frío acompañó la frase.
Según
lo acordado, en un muro blanco había una caja de metal con un código y la llave
adentro. Encontraron un interruptor, lo pulsaron y se hizo la luz.
Decenas
de foquitos se encendieron para mostrar un sendero mágico, un puente
sobre la acequia y la cabaña.
Era
una pequeña construcción moderna, con un amplio balcón que miraba hacia el
bosque nublado. Entraron despacio con cierta inquietud y, qué agradable sorpresa,
la estancia era preciosa, mullidos sillones junto al ventanal y una estufa con
leña seca; el piso de tablones claros, la mesa del comedor con cuatro sillas y
un florero con chuquiraguas.
La
micro cocina con todo lo necesario y un baño completo, que daba al jardín de
atrás, donde lucía un jacuzzi blanco y brillante.
Una
escalera llevaba a un dormitorio súper provisto de plumones, mantas y
almohadones color crudo, una cama grande y el techo de vidrio mirando a las
estrellas que comenzaban a aparecer.
Entonces
la luna iluminó la vista de un lago.
-
Creo que no necesitamos leer las indicaciones -dijo ella
extasiada.
-
Parece que no – contestó él.
¿Qué es el glamping? Es
una nueva tendencia de hospedaje donde lo natural predomina.
El turista cambió.
Quiere vivir experiencias
únicas en lugares que ningún hotel ofrece. Esta alternativa es la fusión de
glamur (lujo) y camping (aire libre).
Estos sitios aceptan
mascotas, son ecológicos pues respetan el ambiente, pero tienen un estándar
alto de comodidad, con la misma metodología de registro virtual que ofrecen
sitios como Airbnb.
Es un fenómeno global en
crecimiento que los jóvenes y no tan jóvenes prefieren para desconectarse. Aunque
siempre hay wifi.
En Ecuador el pago por noche
es de USD 70 en promedio, pero hay sitios de glamping en el mundo de más de
USD 900 la noche.
Según la revista Diners: “cabañas, casas en los árboles, domos, furgones y tiendas de campaña como
las yurtas mongolas, los tipi de los indígenas de América del Norte, los iglús
y el estilo de los safaris suelen inspirar el alojamiento en el también llamado
camping de lujo”.
Si uno es dueño de un sitio
hermoso o tiene dinero y quiere hacerlo producir, puede crear espacios de
glamping. Capacítate en esa línea habitacional y quizás esta inversión se
convierta en una nueva forma de vida empresarial.
Al dejar la cabaña al día
siguiente, la pareja de la historia colocó la llave en la cajita de metal y se
fue feliz y renovada, después de haber desayunado con la puerta del balcón
abierta, recibiendo el aire puro de la mañana y mirando el Antisana despejado.
Los dueños pasarían más tarde
a limpiar la cabaña y reponer los implementos de tocador, de limpieza, estufa y
cocina para los siguientes huéspedes.
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